sábado, noviembre 04, 2006

Fundamentos de Alquimia

MAGIA MENTAL VS MAGIA CEREMONIAL.
La Magia es una, pero los caminos que los practicantes siguen son tan distintos como lo son los practicantes mismos. Y como se ha dicho que "todos los caminos conducen a Roma", entonces todo parece ser válido de acuerdo a este punto de vista relativo. Pero sin prejuzgar simplemente, analicemos ambos caminos desde un punto de vista más expandido. Los dos caminos principales de la Magia, como David Goddard bien dice en su libro: "La Torre de la Alquimia", son llamados "camino directo o camino sin forma" y por el otro lado está el "camino indirecto o camino con forma". Se les divide así por el enfoque desde el que cada uno parte y por la clase de metodología que emplea. Dentro del camino directo se encuentra la Magia Mental o directa, que es aquella que no usa herramientas externas a las fuerzas y energías del propio practicante. Los materiales que usa son las propias facultades y poderes del Mago, sin otro apoyo que la concentración misma, además de otras técnicas mentales como son la meditación, los estados alterados de conciencia controlados, la reflexión y especulación hermética, además de otras técnicas mentales para centrar las energías en la intención y luego proyectarlas hacia el objetivo determinado previamente. Por otro lado, el camino indirecto o con forma, que es en el cual se encuentra la Magia Ceremonial, se sirve de rituales mágicos en los cuales se usan distintas herramientas, aparatos, artefactos y "armas" como son los altares, las varas y espadas mágicas, los sahumerios, las vestiduras, las oraciones especiales, etc. Todo esto tiene el fin principal de concentrar la atención y fijar la conciencia en lo que se está haciendo, que en este caso es el ritual por medio del cual se conseguirá el fin deseado. Ocultistas que han seguido la Magia ceremonial a lo largo del tiempo, como han sido Eliphas Levi y Franz Bardon, por ejemplo, han dicho que una vez que la capacidad de seguir el método completo se ha llevado hasta un nivel en el cual el trabajo puede darse por el simple despliegue de la Voluntad (esto es, por el simple hecho de querer que se dé el resultado, y saber el método del desarrollo del "querer", claro está), las ceremonias y todo lo externo a la propia conciencia del practicante se vuelven redundantes. En ambos caminos de la Magia, los pasos esenciales a seguir para "lanzar" un hechizo (en términos más técnicos sería: realizar una operación mágica) serían: reunir las energías y concentrarlas, concebir la intención, dirigir la atención, fijar la concentración, enfocar la conciencia y proyectar las energías hacia el objetivo deseado. Entonces, hay que entender que el verdadero poder, sin importar que se siga un camino u otro, es el de la mente. La verdadera fuente de Poder está en el Mago. Y si bien es cierto que determinados objetos o cosas cuentan con cualidades mágicas inherentes, éstas de nada sirven si el Mago no las evoca para que se manifiesten en la realidad objetiva. Y las cosas que son pobres en Mana (poder mágico) sólo serán especiales si un Mago las "carga" con determinadas energías para determinado fin concreto. En el caso de la tradición hermética de la Alquimia, por ejemplo, se maneja ante todo la Magia Mental. En el caso de la tradición Wicca, la mayor parte del tiempo se maneja la Magia ceremonial en todo su poder ancestral. Pero, aunque estos sólo son dos ejemplos, en todas las tradiciones mágicas (incluídas estas dos) llega el momento en que ambos caminos, el ceremonial y el mental, convergen y trabajan en unidad armónica, apoyándose uno al otro. Pero, a pesar de esto, son los practicantes los que tienen la última palabra.

Saludos a todos.

Leks Emrys (DarkAlchemist)

¿Magia Negra o Magia blanca?

¿Qué es la magia negra? ¿Qué es la magia blanca? La superstición ha catalogado a ambas como si hubiera diferencia, aunque debemos aceptar que al etiquetarlas por colores, los que lo han hecho han ayudado a las personas que se aproximan a una o a otra a diferenciar los rasgos del carácter de sus practicantes. Se dice que la Magia blanca se llama así porque persigue el único fin de hacer el bien, a uno mismo (el practicante) y a sus semejantes. Y la Magia negra, por el contrario, busca el mal, la destrucción, la decadencia y la entropía, en general. Pero para el practicante que quiere acercarse a la auténtica Magia, que es el conocimiento total de las edades, existe un camino que trasciende ese dualismo. La auténtica Magia no es ni blanca ni negra, simplemente Es. Como el agua que pasa por las tuberías. Es simplemente agua, pero si pasa por una tubería sucia, el agua se ensuciará, y si pasa por tuberías limpias, el agua conservará, relativamente, su pureza original. Todo es cuestión de vehículos, que son los que le dan el tinte a las energías, porque éstas sólo están ahí presentes, en todo lo que existe, y en su estado natural de manifestación son ajenas a las preocupaciones morales de aquellos que desean o aspiran a servirse de ellas. Ciertamente la Magia siempre ha estado en el terreno del secreto, de lo oculto, porque los profanos (los que opinan sobre ella sin conocerla a fondo) siempre tacharán al Mago como un ser sin escrúpulos, maligno, y lo que es peor, como un simple embaucador o charlatán, algo loco si acaso, porque parece que él mismo cree poseer poderes que en realidad no tiene...¡ni puede tener!--según lo que dicen estos "pseudo-sabios". Y luego, buscando escudarse en las supersticiones, cuando no en la ciencia, muchos acusan a la Magia y sus practicantes diciendo que ¡es UNA PRÁCTICA PROHIBIDA POR DIOS! (porque ellos mismos y en persona--así lo creen--escucharon cuando la Divina Sabiduría dio este decreto inalienable por medio de Su Palabra). Y esgrimen argumentos tales como: "Dios prohibe la Magia porque está escrito en la Biblia". Y sí, ciertamente está escrito, pero también hay que tomar en cuenta que esta prohibición fue escrita en un tiempo en el que estaba prohibido que alguien usara dos telas distintas juntas (!) O sea, si los que ahora usamos mezclilla y algodón hubiéramos estado en esa época, hubiéramos incurrido en pecado y en desobediencia a la Ley por el simple hecho de no vestir sólo de mezclilla o sólo de algodón. Como combinamos una camisa de algodón con un pantalón de mezclilla debíamos ser castigados por nuestra desobediencia(!)
Entonces, todo es cuestión de inteligencia, y se habla de acuerdo a los órdenes de inteligencias de la gente. Plotinus, un filósofo neoplatónico dijo: "No existe religión más alta que la Verdad". Y si la Magia es un medio de conocer la Verdad de las cosas, de la naturaleza en su íntima relación con las partes que la conforman, y del cosmos con el hombre, ¿qué tiene de malo seguir a esa verdad y tratar de descubrirla detrás de las tinieblas de las apariencias? En tiempos antiguos, un curandero que usaba remedios naturales, un hombre o mujer de conocimiento, eran llamados "brujos". Un alquimista que era lo suficientemente osado como para practicar su ciencia sin velos alegóricos o analógicos era llamado Hereje, apóstata y Nigromante (el desusado término que abarca la Necromancia y las otras "artes negras"). Un médium era llamado "demonólatra" y Necromante. Un Mago era llamado endemoniado...y así, las imágenes que la gente fanática observaba, no eran más que sombras de lo que realmente era, y esos creyentes miopes no se atrevían a ir más allá de ellas para descubrir la luz de la Verdad. Aquí vemos claramente que el espejo en el que las imágenes se distorsionan es la conciencia humana, el intelecto que discierne. Y si el intelecto pierde esta última capacidad, que es crucial, tenemos que la imagen de algo se convierte en una sombra del original, y no en su reflejo como debiera ser. Todo aquél que desee acercarse a la Magia, debe de contar con una capacidad de discernimiento bastante aguda, ciertamente, para distinguir lo verdadero de lo falso y encontrar la verdad en el aparente error--o en todo caso, reconocer el error donde no hay salida para el argumento y verdaderamente existe una falacia. Pero ante todo, hay que tener en cuenta que la Verdad está más allá de la relatividad bien-mal, y que ésta, por lo mismo, no es ni buena ni mala, sino que simplemente ES. De esto se sigue, implícitamente, que la Magia (la Verdadera Magia) ES. Los practicantes son los que le dan el matiz y los tonos a su energía.


LVX plena.

Leks Emrys (DarkAlchemist)

domingo, septiembre 10, 2006

El Demiurgo de la Creación


LOS PODERES DEL ALQUIMISTA.
Antes que nada, hay que señalar que un Alquimista se conquista a sí mismo y logra ejercer un completo dominio sobre sus facultades antes de tratar de alterar el mundo externo. Los elementos se manifiestan como varios estados de la materia, pero también como varios niveles del ser, y nadie comprende mejor las conexiones entre ambos que aquel que en la práctica ha controlado o trabajado para lograr el control de los elementos internos desde un principio (y sobre todo aquel que ha logrado influir sobre el quinto elemento que les da sentido a los otros cuatro). Como arte mental que es, la Alquimia parte de la Mens, viendo su receptáculo en la Prima Mater, y su actividad en el Éter universal contenido también en esta Primera Materia. Y este Éter o Quintaesencia no es más que la fuerza vital que se distribuye en lo físico por medio del aire. Y siendo así, es uno de los medios de propagación de la Virtud de la Mens en lo material.
Para lograr la transmutación en todos los niveles, el Alquimista debe familiarizarse con esta Quintaesencia, y debe "liberarla" de la materia densa de este nivel. Pero aunque esto puede ser una tarea bastante laboriosa y difícil en ocasiones, trae grandes recompensas, ya que una vez que el practicante ha liberado esta condición espiritualizada que, en sí misma, es la forma más sutil de la materia, puede tomar el control de las manifestaciones más densas que aparecen ante su vista física. Y entonces, habiendo vislumbrado la forma real (esencia) de ese objeto físico que tiene ante la vista, puede transformarlo hasta llevarlo a la perfección última de su arquetipo; aunque esto también puede hacerse a la inversa: el Alquimista puede manifestar físicamente un objeto a partir de la substancia sutil que lo conforma (densificando y bajando la vibración de su forma arquetípica condensada en el éter), o desmaterializar otro objeto en este nivel, haciéndolo desaparecer de la vista común, literalmente hablando. Hablaré de estos fenómenos más adelante.
Tomando en cuenta que lo esencial aquí es reconocer, utilizar, comunicarse con el éter y servirse de él, llegando eventualmente a unirse con su esencia más elevada, el camino es en dos direcciones: Una vez que el Alquimista ha liberado la Quintaesencia de una substancia, debe transformar y moldear esta quintaesencia para servirse de ella y efectuar los cambios en la substancia que le ocupa. Y para lograr esto, el practicante debe manifestar los poderes de su propia esencia, cosa que sólo puede hacer una vez que ha despertado en los dominios de su propia Alma, lo que quiere decir que se ha hecho consciente de que su Alma es él mismo (que ambos son Uno) y no algo separado, o una posesión que ha adquirido en alguna lejana fase de la existencia. Si comprende esto, podrá tener acceso al archivo inmenso del Alma del Mundo, y logrando esta conexión, consigue desplegar con éxito tangible muchas de las posibilidades del ser.
Desde el momento en que el practicante es consciente de esta unidad del Alma, puede lograr la expansión de su propio vehículo etérico hasta alinearlo con el flujo constante de Vida universal, convirtiéndolo de esta manera en un vehículo completamente transparente a la fuerza vital que desciende como Rocío del Cielo. Después, sólo tiene que fijar este Aurum Potabile (Oro potable, luz potable) en sus vehículos para lograr la canalización del aspecto Vida del Ser y lograr influir sobre los demás seres que comparten esta fuerza vital. Y todo esto sólo es el paso preparatorio para encontrarse con la esencia vital que subyace tras todo fenómeno y de la cual consisten y están conformadas todas las substancias y las manifestaciones...Pero no se podrá llegar a esto si el practicante no sabe cómo conectarse con el éter universal e ignora cómo convertirse en su vehículo. Esto se logra con una relativa maestría sobre el vehículo etérico (cuerpo etérico o sutil), que es el "traje más refinado del Alma" y el molde (y modelo) original del cuerpo físico. El practicante que logra esto, adquiere determinadas facultades que le serán cruciales para lograr avances significativos en la Gran Obra y conseguir, al final, la culminación de la misma, que es el logro de la Piedra Filosofal. Estas facultades o poderes son:
-Vera Imaginatio. Imaginación Real o Verdadera (también llamada imaginación activa), la cual comprende la llamada "segunda vista o vista sutil".
-Meditatio. Facultad meditativa (diálogo creador, mediador, en su sentido hermético)
-Aurea Apprehensio. Comprensión Aurea (percibir, comprender y sondear con la luz de la conciencia una cosa en todos sus aspectos, como por ejemplo entender todas las acepciones y significados de una palabra al examinarlos simultáneamente. Comprender la esencia de una cosa con todo y sus accidentes). Al final de la Gran Obra, esta comprensión se refiere a que se ha logrado manifestar la conciencia solar de la Omnipresencia, el aurum philosophicum (oro filosófico).
-Proyección de la Voluntad (del Alma); y esta Voluntad es el legendario Alkahest, el disolvente universal.
-Intuición e Inspiración (los cuales, como ya hemos dicho, son el Hilo de Oro de Ariadna)
-Poder de Creación (materialización, aportación, precipitación). Aquí se incluye la creación de sirvientes (flagae, familiares, etc.) y elementales artificiales* (como son el golem, el humunculus..., entre otros servidores de toda clase, estudiados a partir de la comprensión del método que se sigue en su creación y la habilidad del practicante)
-Facultad para concebir una correcta Intención, entendida en el sentido hermético.
-Facultad para dirigir, establecer y fijar el Enfoque (el desarrollo y perfeccionamiento de estas técnicas culmina en el logro de la concentración y de la fijación de la conciencia en determinado estado del ser, lo cual facilita bastante la simple concentración sostenida por largos lapsos de tiempo). Una de sus ramas consiste en los cambios de nivel de percepción que se dan según se alcanzan los llamados "estados alterados de conciencia".
-Las facultades del pensamiento y de la mente (proyección, reflexión, especulación, visualización...entendidas en su sentido hermético)
- Las facultades incluídas dentro de la PK (psicokinesis) mayormente, aunque también se dan casos de ESP (percepción extrasensorial), pero los poderes que el alquimista desarrolla dentro de este campo son los activos, más que los pasivos.
-Control sobre la Fuerza y Esencia Vital, sus vehículos en los distintos niveles y sus manifestaciones. Aquí se engloba el control sobre las fuerzas naturales (electromagnetismo, gravedad, etc.), las energías elementales (los cuatro elementos) y su razón de ser, la Primera Materia. En los niveles físicos, esto resulta en el control de la energía y la materia, tanto en el microcosmos (el propio alquimista y los seres individuales sobre los cuales puede influir) como en el macrocosmos (la naturaleza y todos los niveles de realidad que rodean al practicante)
-Desdoblamiento y despliegue voluntario.
-Poder sobre la Palabra, Verbo, Logos.
-Resurrectio. La Resurreción. Esta facultad sonará descabellada, pero es muy rara, puesto que se requiere de un gran dominio sobre la mente y las fuerzas de la naturaleza, además de una energía inagotable y una voluntad superpoderosa, sin mencionar que sólo se da con éxito bajo determinadas condiciones y cumpliendo determinados requerimientos que abarcan lo que ocurre en los niveles del ser superiores a éste. En toda la historia, raro ha sido el Alquimista que ha contado con la autoridad para influir sobre todos los niveles del ser de forma simultánea. Una forma más común de esta práctica es la palingenesis, que consiste en reavivar un ser a partir de sus propias cenizas.
-Y por último, la más popular de todas (aunque no siempre bien entendida en su alcance real): la Transmutación, que comprende la permutación, transfiguración, transformación y la no tan usual--y casi relegada al olvido--transmorfidicación.


Aquí podemos decir que el trabajo cooperativo y la unión entre uno o más de estos poderes (scaiolae), junto con las facultades y virtudes que manifiestan en el practicante, es lo que permite realizar las prácticas alquímicas, y obtener los debidos resultados. En un sentido elevado, la realización de estos experimentos y, sobre todo, los resultados observables que se obtienen de ellos (y que muchas veces verifican satisfactoriamente las teorías del Arte, más allá de las expectativas) son los medios más eficientes para demostrar tangiblemente que el Arte hermético consiste, principalmente, en desplegar las posibilidades del Ser y manifestarlas actualmente en el nivel inmediato de realidad.
Y ya que hablamos del dominio de la naturaleza verificado y realizado por el practicante de Alquimia quien, llegado a este grado, muchas veces es denominado el demiurgo de la Creación, co-creador con el Inefable, en el próximo apartado hablaré más extensamente sobre estos poderes y sobre la forma en que son puestos en acción para lograr resultados verificables en las prácticas alquímicas, que muchas veces, a pesar de ser fenómenos observables, terminan pareciendo hechos pertenecientes al terreno de lo milagroso.


*formados por medio del arte.

LVX vobiscum

Leks Emrys (DarkAlchemist)


martes, septiembre 05, 2006

Azufre, Mercurio y Sal


TRIA PRINCIPIA (LOS TRES PRINCIPIOS).
Con respecto a los elementos en relación con los tres principios, Sendivogius dice: "Los tres principios surgen de los cuatro elementos de la siguiente manera: la naturaleza, cuya fuerza reside en la subordinación a la Voluntad de Dios, fijó al principio que los cuatro elementos debían actuar continuamente entre ellos; por tanto, en cumplimiento de tal orden, el fuego empezó a actuar sobre el aire y produjo azufre; el aire actuó sobre el agua y produjo mercurio; el agua, mediante su actuación sobre la tierra, produjo sal. Solamente la tierra, que no tiene nada más sobre lo que actuar, no produjo nada, pero se convirtió en la nodriza o en la matriz de estos tres principios". Por eso Hermes dice: "La tierra es la madre de los elementos; de ella proceden y a ella vuelven".

*NOTA: Aquí hay que considerar el nivel de significado y el aspecto, junto con el contexto, que se trata al mencionar estos tres principios, que no se refieren de ninguna manera a las substancias químicas que conocemos, sino a cualidades (caraterísticas) presentes en toda materia. Así, hay que tomar en cuenta, por ejemplo, que el azufre debe considerarse en un contexto cuando un alquimista dice algo como: "el Azufre de los Sabios", en otro cuando dice: "nuestro azufre" (se refiere al azufre transformado por métodos artificiales, o sea perfeccionados por medio del arte), y en otro contexto más cuando señala: "el Azufre de los Filósofos". Aquí se refiere a la jerarquía iniciática e, implícitamente y bajo el velo de la metáfora, a los niveles de significado de los que ya hemos hablado antes.
Ahora, generalizando un poco, hablaremos de los Tres Principios como se entienden en la Gran Obra:

AZUFRE.


"El Oro es la Imagen del Sol, y el Sol es la imagen de Dios"--Syrgenus

"El Sol interior tiene hambre del Sol exterior"--Jakob Böehme


Los Filósofos dicen que dentro del Oro alquímico, yace este principio fundamental: sulphur, el azufre. Y el azufre es de dos clases, de doble naturaleza. El azufre blanco es la esencia vital en el hombre, la chispa divina que vivifica al Alma; es la latens deitas, la divinidad latente, como le llamaba Santo Tomás de Aquino (que además de ser un Filósofo consumado en la Filosofía mundana, también lo era en la Filosofía Divina). Es el oculto potencial del Inefable manifiesto en el hombre, el "Dios Interior", como lo han nombrado muchos de la tradición occidental; es la Piedra Filosofal latente que debe ser manifestada de forma potencial, en toda su plenitud (pleroma). Ahí, en el oculto templo del Alma, en lo profundo de la "Cueva del Corazón", arde el fuego que nadie puede consumir, el Fuego inmutable en el que Dios arde en divino Amor. Ahí, en medio del lugar donde se escucha la Voz del Silencio, arde la Luz Interna en medio de la obscuridad, la Inmanencia divina, el Sol interno. Esto último, precisamente, es la razón de que a la Alquimia se le llame: "Obra del Sol" en la Tabla de Esmeralda.
Por otra parte, el azufre impuro, llamado también azufre rojo, es el ignis gehennalis--el fuego del infierno--que yace en el centro de la materia. Es el oculto azufre, el fuego secreto que dota de vida a todo lo que se manifiesta en una forma definida. Es la electricidad cósmica, el principio universal de la vida, la energía consciente que toma la forma de todas las cosas y las construye desde adentro. También, en el nivel psíquico, es el ego, el centro de la conciencia donde se comprimen y concentran todos los defectos psicológicos y muchos complejos que son los resultados de la construcción imperfecta y al azar de la personalidad, la cual recibe impresiones del ambiente y de la sociedad, que no siempre son para su bien y para su evolución. Pero desde luego que el ego no es malo del todo: el que esté caído no indica que sea maligno (moralmente hablando), y el que esos complejos estén ocultos en la obscuridad, porque han sido negados por la conciencia, no implica que sean malos, aunque sean corruptos (impuros). Lucifer es el ángel caído, pero conserva el recuerdo de su Gloria (Luz) perdida, y los demonios en sí mismos conservan el recuerdo latente de su dicha cuando fueron ángeles de luz. "Hasta en la obscuridad brilla la Luz", y el logro de purificar el azufre impuro es haber descubierto esta luz y haberla manifestado potencial y actualmente (como acto).
Entonces, el azufre blanco es el azufre rojo purificado, al final de la Gran Obra, cuando el ego se convierte en el fiel siervo (imagen perfecta) del Yo Soy, que es el Rey por derecho. Entonces, el Santo será restaurado a su Trono, y el dictador (el ego) será derrocado al fin, cediendo su lugar como soberano al Rey legítimo. La chispa de fuego al fin se encontrará a sí misma en el Gran Fuego, y la gota de agua se reconocerá a sí misma en el océano, tal y como al principio ella reconoció al océano en ella misma. El ser se reconocerá como el SER.
En suma, el Azufre es el omnipresente espíritu de la vida (spiritus mundi), reconocido primero en su forma bruta, y sublimado posteriormente.

SAL.

"Vosotros sois la Sal de la Tierra...y si la Sal perdiere su sazón, ¿quién la sazonará?"--Yeshua ben Josef, verbum magistri.

"Quien conoce la Sal y su solución conoce el oculto Secreto de los antiguos Sabios. Dirige, pues, tu mente a la sal, ya que en ella, que es Una (parte del Uno, de la Mens, del Espíritu), está la ciencia y los principales y más ocultos secretos de todos los antiguos Filósofos"--Rosarium Philosophorum.


Heinrich Khunrath dice que la sal no es sólo el centro físico de la tierra, sino que además es, al mismo tiempo, la sal sapientiae, de la que sostiene que es un secreto tan importante el que oculta, que por eso el operador debe fijar su atención en esa sal, y mantener su enfoque en ella, como centro del impulso de lo que luego habrá de manifestarse. "Por eso, pon tu ánimo, sentido, razón y pensamientos solamente en esa sal", dice.
Entonces, damos una explicación más clara: La Sal, en su forma bruta, es la substancia que cristaliza la energía en los cuerpos, condensándola para que algo pueda manifestarse como un agregado de moléculas, conformando así una forma "física"; esto es, tangible en un nivel más o menos concreto. Así, en otro aspecto más elevado, además de ser la forma cristalina o la energía cristalizada, la Sal también es símbolo de Sabiduría y conocimiento (sobre todo, conocimiento de uno mismo, o sea lo que se ha venido llamado Conciencia). Y como esta conciencia, obviamente, es la conciencia de uno mismo (del Ser o Sí mismo, como Jung le llamó), a Cristo (como cuando se habla de la conciencia crística, de la conciencia de unidad universal a la que la Sabiduría que todo lo sondea nos permite llegar) se le ha llamado simbólicamente la Sal de la Sabiduría. "La Sabiduría se gesta en el Silencio; y ésta, a su vez, gesta el Amor", ha dicho Hermes en el Corpus, y también: "Te doy Amor, en el cual está contenido el súmmum de la Sabiduría". Aquí cabe señalar que cuando los Alquimistas hablan de Amor, Fe, Gracia, Verdad, Virtud, Voluntad...y otras cualidades semejantes o virtudes, se refieren a substancias muy reales. Hay que saber que el mundo de Abajo es un reflejo del mundo de Arriba, y siendo así, ocurre algo muy similar a lo que sucede con la imagen reflejada en un espejo y con el reflejo de ésta: el reflejo describe a la imagen de forma invertida. Usando el principio hermético de correspondencia, eso pasa en la Creación: lo que en un mundo es tangible, concreto, en el otro es abstracto y viceversa. Así, en este mundo físico, las cualidades y virtudes pueden ser consideradas como algo abstracto...algo que apenas puede considerarse con ayuda de la más alta elevación del Alma durante los arrebatos de la Imaginación. Pero en los mundos superiores, son substancias muy reales y tangibles: casi "físicas", podríamos decir. Así, lo que la gente en su mayoría cree que es algo abstracto, en realidad es una fuerza operante en el cosmos que puede ser usada. Más adelante hablaremos de esto con mayor claridad.
Regresando a lo que ahora nos ocupa, debemos señalar que al principio de la Gran Obra, la Sal es llamada impura. En este punto, se refiere a la tierra (lo sólido y físico), al cuerpo y a la conciencia o forma de ser, actuar y reaccionar que la mayoría de las personas manifiestan en su vida diaria. Entonces, la sal impura tiene que ser disuelta para que sus propiedades originales puedan ser liberadas; cuando esto se ha logrado, se dice que la sal ha sido purificada. La Sal de los Filósofos también es un símbolo del Segundo nivel de la Obra, conocido como Albedo (la Obra en Blanco). Durante este nivel, la Sal emerge en su forma pura, y es fijada o cristalizada en una Sal pura. Así, la Sabiduría, anunciada por la Aurora (hora dorada, aurea hora), se anuncia a sí misma al amanecer, en la claridad del alba. Hablaré de Sophía (la Diosa de la Sabiduría, que es el arquetipo del Alma racional), del Albedo (segundo nivel de la Obra) y de las cualidades del Alma en su triple constitución, más adelante.
Finalizando, como símbolo de la Sabiduría, la Sal es el aliento de la energía divina. Y esta Sabiduría vivifica el fuego que da energía a toda la naturaleza. Es este fuego el que controla la vida, el movimiento, la energía, el curso de los cielos (esferas) y los planetas. Paracelso le llamó a este fuego "lumen naturae", la luz de la naturaleza, que es el Anima Mundi, el Alma del Mundo. Heinrich Khunrath dice al respecto: "Esta Luz es la verdadera luz de la naturaleza, que ilumina a todos los Filósofos amados por Dios que vienen a este mundo. Esa Luz está en el mundo y por obra suya todo el edificio del mundo se hace exquisito y hermoso, y también se mantiene natural, por la luz, hasta el último y gran Día del Señor; pero el mundo no lo reconoce: y esto se ve ante todo en la grande y católica piedra de los Sabios que todo el mundo tiene ante sus ojos y que sin embargo nadie conoce." Con respecto a esto, cabe señalar que en muchos textos alquímicos, la Sal es representada como una piedra cúbica, y es esta piedra sobre la cual ha de edificarse todo el Templo de la Sabiduría Divina. En las escrituras, el Gran Maestro Alquimista, arquetipo de los Sabios de occidente, dice: "¿No habéis leído nunca aquello de la Escritura? «La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esa la ha puesto el Señor: ¡Qué maravilla para nosotros!»
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos. Además, el que caiga sobre esa piedra se estrellará y si ella cae sobre alguno, lo hará trizas."
Y esta piedra es precisamente la Piedra Filosofal. "Y la Piedra es el Cristo". Por eso Pedro les habla a los fieles de la Iglesia, refiriéndose a Cristo como Piedra Viviente, desechada por los hombres. Más adelante hablaré de la relación entre los arquetipos del Ser (Buddha, Cristo, Krishna, etc) y la Piedra Filosofal, además de lo que tiene que ver la verdadera religión con las instuticiones religiosas--y también de lo que NO tiene que ver.


MERCURIO.

<<- ¿Quién eres que me bendices con la vida?
A lo que respondió Lucifer:
- Soy el Portador de la Luz, la conciencia que se manifiesta bajo forma humana. Soy la fuerza que se esconde tras cada ser, cada hombre y mujer, cada bestia y cosa.
Y apenas hubo terminado de hablar, se puso de pie y emprendió su camino.
- ¿A dónde vas hombre extraño? - lo detuvo el guerrero - ¿Cuándo podré escuchar de tu singular sabiduría otra vez?
- Mi sabiduría vive en ti, es tu propio ser. Si te escucharas a ti mismo, no necesitarías de mis palabras.>>--tomado de "Las enseñanzas de Lucifer" de Friedrich von Licht.


Ahora entramos a la cámara secreta de la sabiduría antigua. Este es el principio que encierra en sí mismo la unidad de los otros dos; el fuego que da vida a los demás fuegos que operan a lo largo de la Obra. Aquellos que saben escuchar, continúen leyendo, pero aquellos que prefieren seguir creyendo en fábulas, tomándolas literalmente y al pie de la letra, será mejor que lean otro artículo, a menos claro que deseen comprender lo que encierran esas fábulas que atesoran con tanto ahínco.
Los Filósofos dicen que el mercurio es el azufre blanco de los Sabios; pero también se refieren a Lucifer como el aspecto "caído" del mercurio; esto es, oculto en medio de la obscuridad y de las profundidades de la materia. Aquí hay que tener en cuenta que en el cosmos, tal cosa denominada "mal" no existe, y por consiguiente las personificaciones del mal, menos. En el cosmos, la obscuridad es la que engendra la Luz (en otras palabras más claras: la obscuridad es la luz latente, inmanifiesta todavía); es del Caos primordial de donde surgió todo lo creado, y la Luz Absoluta es la Obscuridad Tres Veces Radiante de la Nada (Ain, el Vacío). Incluso en el mundo físico, lo que vemos como obscuridad no es más que una luz que está en una frecuencia más elevada que aquellas que podemos percibir naturalmente (y los que han visto en el esquema del espectro electromagnético el rango de frecuencias visibles por el ojo humano, verán lo limitado que es, pues está justo en medio del espectro). Así, usando el principio hermético de correspondencia nuevamente, comprobamos que sea en un plano o en otro de la existencia, la luz siempre se manifiesta en distintos niveles de vibración, y nuestro vehículo de consciencia en turno, que es el que nos permite experimentar la realidad en cada uno de los mundos y planos, debe ajustarse a esa vibración para que pueda percibir la luz en cuestión y todo aquellos objetos que esta luz da a conocer a la conciencia (hablaré del simbolismo de la luz, de la conciencia, de los objetos y de la Alquimia Mágica--que se ocupa de esto--más adelante). La Luz Absoluta se vislumbra como obscuridad porque su vibración está más allá de las frecuencias de la luz espiritual, incluso; por eso, hasta los ángeles más elevados la perciben como obscuridad (y según los Filósofos, sólo el Inefable puede contemplar esta luz, porque todo el que la contempla muere--hablaremos de este simbolismo posteriormente). Es una Luz que sólo el octavo de los Elohim ha visto; y precisamente el hecho de que éste (que es el mayor de los Dioses y el primer inmortal creado y surgido del Caos) haya logrado vislumbrarla, le ha dado el epíteto de "Dios Ciego" para la posteridad. Sammael (que nada tiene que ver con Satán, aunque muchos digan lo contrario), con todo derecho ha sido nombrado: "Aquél que ve la Luz de Dios" (que es el significado real de su Nombre) porque aquel que contempla esa Luz muere para sí mismo, como conciencia, ser o entidad separada, y desde ese momento sólo contempla esa luz en todo y en todos, siendo él mismo parte de la luz, que entonces se proyecta desde su misma conciencia, fluyendo desde su interior como la fuente de la vida que fluye del corazón. Y esta Luz, la Lux Obscura, como también ha sido llamada, es la forma del mercurio sublimado y exaltado hasta su punto más alto; es el vehículo de la Mens divina (Mente superior, Espíritu, Conciencia--en el sentido hermético) y, como el aire en el mundo físico, el medio de propagación universal.
Se habla de Lucifer, cuyo nombre significa "Portador de Luz" en lenguas semíticas, y "Portador de la Flama Obscura" en la Lengua Sagrada Y este Lucifer era, en la mitología de la antigüedad, un ser de luz; en la antigua persia era equiparado con Ormudz, Señor de la Sabiduría y Dios del Bien y de la Luz...hasta que el fraile Hyeronimus malinterpretó un versículo de Isaías, donde el profeta denuncia la iniquidad de un pecador rey de Babilonia: "¿Cómo has caído del cielo, lucero de la aurora, y estás derrumbado por tierra, conquistador de las naciones?". Desde entonces, se consideró a Lucifer el mismo dragón del cielo que es precipitado junto con sus ángeles por el arcángel Miguel durante la gran batalla en los cielos, según narra el apocalipsis (apocalipsis significa "revelación de la verdad", y no destrucción). Y con esta interpretación, todo entró en confusión para las mentes de los hombres.
En Alquimia, Lucifer es asociado a los metales impuros, contaminados por el azufre bruto, lo que significa que el ser de luz dentro de nosotros está contaminado por lo que se llama basura psicológica, que es lo que los alquimistas llaman superfluidades, escorias, desperdicios, causadas por el mismo hombre. Mercurio y Lucifer son uno y el mismo. Le llamamos mercurio cuando es puro, cuando es el azufre blanco, el fuego del cielo. Como "spiritus" da la vida, y como "spiritus sapiens" enseña la Gran Obra al Alquimista. Entonces, Lucifer es el mercurio impuro; Lucifer es la estrella de la mañana caída del cielo dorado. Descendió a la tierra y ahora está presente en todos los humanos en forma de mercurio mezclado con elementos impuros. Se disolvió en azufre y sal y está "atado" y obscurecido por el lodo negro. Es la conciencia del Yo caída en la conciencia del ego, pero presente en ella, aunque oculta, sin embargo. Lucifer representa nuestra conciencia de día a día; todos aquellos complejos, tanto psicológicos como traumas de otra clase, con los que hemos nublado nuestra conciencia pura, el Mercurio. Las impurezas presentes no permiten que la luz se filtre bien y entonces se distorsiona, presentando ante nuestra conciencia la ilusión que los alquimistas llaman "azufre rojo". Y es una ilusión porque nosotros somos los que hemos creado las impurezas, y entonces el Lucifer, equiparado a la imagen popular del diablo, no puede existir por sí mismo sin el mercurio, ya que no es más que una imagen distorsionada de este mercurio. Entonces este azufre rojo es el velo que nos impide ver con claridad la Luz de la Verdad que brilla detrás de las apariencias, el impulso divino detrás de la manifestación obscurecida, la Luz pura que brilla en la aparente obscuridad, el Bien que está detrás del aparente mal...todo implícito en la Realidad Absoluta, donde sólo el Bien y la Verdad existen. La Luz Eterna es la Gloria Radiante que brota del Rostro del Inefable. Los Alquimistas dicen que toda manifestación es un templo luminoso de Dios porque todo está iluminado por esa luz, que es lo que llamaron Primera Materia (Prima Mater universalis). Por ello, también dicen que el mercurio es "el espíritu de la verdad oculto en la tierra". Y el espíritu descendió a las profundidades de la materia para iluminarla desde adentro y que ésta deviniera en su imagen y semejanza. Por eso, el mercurio es el fuego que actúa de forma invisible y secreta, perfeccionando la materia gradualmente. Es el espíritu del hombre descendiendo a las profundidades del ego para trabajar con los aspectos obscurecidos, corruptos y no regenerados de la personalidad; así, siendo el fuego que quema los aspectos inferiores del ser para purificarlos y transmutarlos (transformarlos en uno de sus aspectos más elevados), es llamado el fuego consumidor y el fuego que purga. Mercurio es el principio y el final de la Obra, empezando como Prima Materia, que es el Azoth de los Sabios, y terminando como Piedra Filosofal, como el oro filosófico.

Saludos a todos,

Leks Emrys (DarkAlchemist)


lunes, septiembre 04, 2006

Lo que busca un Alquimista I.


La pregunta de los Guardianes de Sabiduría.
Antes hemos hablado muy claramente del objetivo principal de la Alquimia, aunque ahora podemos reflexionar acerca de él con mayor holgura. La mayoría de los estudiosos ha olvidado los secretos que escondían los jeroglíficos egipcios, así como su interpretación multinivel. Lo mismo ha pasado con los jeroglíficos alquímicos...En la actualidad, rara es la persona (y casi siempre lo hace por inspiración divina) que puede entender el lenguaje obscuro de los textos y tratados de los Alquimistas. Si llegáramos a preguntarle a uno de ellos qué es--en realidad--el Oro (Aquello que se esconde tras el símbolo del Oro que los Alquimistas buscaban; ese ORO que NO es el oro vulgar, ya que aurum nostrum non est aurum vulgi), el interpelado diría: "¿Sabes tú decirme quién eres? Obviamente no lo sabes, porque si lo supieras no me estarías preguntando qué es el Oro Alquímico". Y precisamente esta es la pregunta de los antiguos Guardianes de Sabiduría (llamados Dragones): "¿Quién eres TÚ?" ¿Sabes quién eres en Realidad?. Para responder a esto, los Sabios nos dan una pista para no incurrir en equivocaciones: Lo que fuiste es lo que eres, podrás ser y serás, ya que el Ser no deja de ser, porque si dejara de ser estaría en contra de su misma cualidad de ser. Y esto puede sonar absurdo, pero así ES. Así que no puedes responder mencionando un título, ya que el título es algo que adquiriste, y siendo así, entonces no lo has tenido siempre. Tus posesiones no te hacen ser. Todo lo que posees o puedas llegar a poseer es tuyo y será tuyo, de tu propiedad, pero nunca será TÚ. Incluso si me respondieras con tu nombre, te diré que el nombre es una parte de ti, un atributo que guarda, por decirlo así, una característica tuya, pero tú no eres tu nombre. Tu Nombre sólo llegaría a ser depositario, portador de tu esencia, cuando tú llegaras a descubrir Quién Eres, Lo que Eres. Mientras tanto, sólo es una posesión más. Bueno... diremos que la respuesta a la pregunta de los Guardianes es el Pronunciamiento del Ser. Y aquí es donde empieza la razón de nuestra Filosofía. Hay que resolver esta "ecuación". El Ser es igual a...¿qué? Y de ahí partir para descubrir de qué estamos hablando. Partiendo de lo particular a lo general, y luego de lo relativo a lo Absoluto, ¿qué te hace ser? Así, si resuelves esta interrogante, podrás responder todas aquellas que se deriven de ella o que tengan relación con ella. Y definitivamente, en ontología, el Ser está casi siempre ligado a la existencia.Una clave: Si TÚ= lo que te hace ser en el nivel Absoluto...entonces, ¿qué eres tú? ¿quién eres tú? Sólo sabiendo la respuesta a esta pregunta podrás responder (con el simple hecho de ajustar lo absoluto a lo relativo) las que se deriven, como son: ¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi misión? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? entre otras. Entonces, habiendo llegado a este punto, ¿qué te hace ser? Lo material NO te hace ser, eso hay que aclararlo.
El estado de conciencia es el que cambia, el enfoque, el nivel de percepción de la realidad, pues la Realidad es una, la Conciencia es una..."Una sola cosa y una sola materia...es lo necesario en el Arte". Nuestra Materia es una, y con esta sola cosa basta para lograr la Obra, dicen los Filósofos. Entonces, esta cosa única, de la que Hermes habla en su Tabla Esmeralda, sólo puede ser conocida si primero la reconoces en tu interior, ya que quien no reconoce las cosas en su interior no puede reconocerlas en el exterior posteriormente. Es algo parecido a lo que pasa en los estratos (niveles) inferiores del plano astral, que para la mayoría son obscuros y negativos: Quien tiene la luz en su interior, habiendo encontrado, implícitamente, la Fuente de su luz interna, puede ver la luz presente en el exterior que le rodea, ya que para ver la luz del exterior sólo necesita proyectar su propia luz interior para que ésta haga manifiesta la luz oculta en la aparente obscuridad. Y una vez que esta luz interna entre en contacto con la luz latente (velada) en la obscuridad, ésta última se hará manifiesta. Por ello Jakob Boëhme, un Alquimista místico, decía: "El Sol interior tiene hambre del Sol exterior". Esta cosa única está presente en todo. Y para dar una idea de qué se trata esto, utilizaré un símil que puede entenderse en varios niveles, con sólo ajustar el enfoque: La diferencia entre el carbón y el diamante sólo descansa en el arreglo molecular de ambos, pues los dos están conformados por la misma substancia: el carbono. Así, la diferencia entre dos cosas de la misma clase, sólo está en el grado, como señala el Kybalión. Herméticamente se dice que el diamante ha alcanzado un nivel de vibración más alto que el carbón. Así, químicamente se dice que diamante y carbón son formas alotrópicas del carbono. Extrapolando, lo mismo se dice del oro con respecto al plomo en el reino mineral. El plomo ciertamente es muy denso, una de las substancias más densas del planeta; de ahí que fuera usado por los Alquimistas como figura para simbolizar el estado de conciencia más bajo (de menor vibración). Y el oro, como símbolo terrestre del Sol, que es el Arquetipo de la Fuente de Vida (en todos los niveles del ser), de Luz (entendida también como Conciencia) y de Calor (tanto en sentido físico como metafísico), es el símbolo de la Perfección, puesto que este es un metal noble, de alta vibración. Y para los antiguos era la epítome de la perfección a la que podían aspirar--y llegar--los metales imperfectos o vulgares. En el oro, los rayos solares parecen haberse condensado, así como en el plomo las energías densas de la tierra parecieran estar todas presentes. Esto es sólo cuestión de apreciación. Porque el plomo en realidad está soñando que es plomo, cuando en realidad es ORO. Y en lo profundo, inconscientemente, sabe que ya es ORO y por eso muchas veces se conforma con saber eso, pero no se atreve a manifestarlo potencialmente, a realizarlo (hacerlo real) concretamente; no se atreve a transformarse en oro conscientemente...porque, quizás, no sabe lo que implica el SER ORO, o piensa que no tiene la fuerza suficiente como para asumir la responsabilidad de llegar a SER Él Mismo, o sea el ORO...Conoce la vida como plomo (según el plomo entiende la vida) y duramente ha aprendido, tras sucesivas etapas de error-aprendizaje, cómo enfrentarla siendo plomo. Pero no sabe qué pasaría si siendo oro tratara de enfrentarla de la misma manera. Esto último, especialmente, no sirve como justificación, puesto que cuando el plomo haya llegado al nivel del oro, todo en su estructura habrá cambiado, adaptándose a su nuevo nivel. Aquí, al dar las "justificaciones" del plomo, me refiero concretamente a las justificaciones que da el hombre de hoy en día. El ser uno mismo implica una gran responsabilidad que llega a ser asumida, y nadie dice que el asumirla es algo fácil, pero al final la recompensa siempre se hace presente...y muchas veces, antes de llegar al final, en realidad. El peor error de las personas es esconderse y justificarse en su autolimitación y autocompasión, diciéndose a sí mismas y a los demás: "es que no puedo", "es que no lo merezco", "es que alguien como yo no podría hacerlo", "es que no es posible", etc etc...En realidad la persona que dice cosas semejantes alberga un temor inconsciente de enfrentarse a retos y a cambios radicales que alteren por completo su estabilidad y la estructura de vida que ha venido llevando y a la cual, de forma conformista, dice estar acostumbrada. El plomo es aquí un símbolo de la personalidad* imperfecta, que se ha formado al azar, según la crianza, el entorno social, las impresines que recibe día a día, y las experiencias que ha venido experimentando o asimilando, sean éstas buenas o malas (y no todas son motivadoras para su evolucion). El molde, como podemos notar, es imperfecto. Y ciertamente no siempre es fácil empezar corrigiendo el molde, pero lo que sí podemos empezar a corregir de inmediato es nuestra forma de reaccionar ante todo, ante las circunstancias, y nuestra forma de procesar información y asimilar experiencias. La elección es sólo nuestra y de nadie más. Realmente el ser uno mismo es difícil, y se requiere valor para comenzar a ser uno mismo, pero se puede, es posible. Romper con todas las barreras de la mente, los agregados psíquicos (también llamados basura psicológica), las autolimitaciones, los miedos, las ansiedades, los complejos...es difícil en un principio, mientras los fundamentos viejos e inservibles, anticuados, se van removiendo; pero una vez que lo hacen, lo nuevo comienza a asentarse para dar las bases firmes y sólidas sobre las que posteriormente descansará una plenitud consciente. Y esto, en todos los niveles. El Oro es el SER liberado, manifiesto en potencia, señor de su realidad; es el ser libre, en estado de plenitud, consciente de que es la fuente de su propio bienestar. Sabe Todo lo que Es, y se ve a sí mismo como ese Todo. Es una Piedra Viva asentada en la Verdad: una Piedra Filosofal luminosa, digna de ser presentada como don ante la Presencia del Dios de los Dioses, del cual ahora es una perfecta Imagen y Semejanza. Pero, ¿cómo llegar a este estado bendito del ORO? Yo te digo a ti que quieres y ansías el Poder (en todos sus aspectos y manifestaciones), a ti que tienes sed de Sabiduría, a ti que quieres ser presentado como un igual entre los Dioses, a ti que deseas Todo lo Bueno--y lo mejor del mundo--, a ti que buscas consuelo en la aflicción, a ti que necesitas algo externo a ti mismo para ser feliz....A ti que me has permitido estar presente ante tu conciencia, a ti que lees esto, que deseas, que esperas, que anhelas, que quieres, que osas...a ti que gestas tus sueños en el silencio y deseas verlos convertidos en realidades...A ti, hermano en la Obra, te digo: Asiéntate en la Verdad y que la Sabiduría sea tu roca firme, que tu piedra angular sea el Ser que descansa en ti mismo, aunque oculto de ti mismo...Repliégate en Su Templo, donde está presente la Luz que no admite obscuridad; donde se experimenta la Vida Eterna que no admite muerte; donde se contempla la Belleza que no conoce imperfección; donde se manifiesta el Bien que no conoce el mal; donde se contempla la Luz de la Verdad que no admite mentira ni falsedad; donde irradia la Luz de la Sabiduría que jamás se ve opacada por la ignorancia; donde descansa la Fe que no se ve turbada por la vacilación, la duda y la desconfianza; donde se asienta la Paz inmutable; donde se manifiesta el Amor que no admite discordia...donde brilla el SER siempre semejante a Sí Mismo y a nada más. ¡Ahí donde el Inefable se manifiesta en toda su Gloria y Majestad! Abre los ojos y mira el impulso divino detrás de la manifestación obscurecida. Contempla la obscuridad que brilla en la luz; reconócela, enfócate en ella y haz que se manifieste. Entonces, hermano, transmutarás tu realidad, y la recrearás bajo el modelo que tú quieres que sea; serás señor de tus circunstancias, y transformarás las adversidades en oportunidades..."Transmutarás tus errores en Verdad, tus sufrimientos en Libertad, tus ilusiones en Felicidad". Tus sueños devendrán realidades manifiestas tangiblemente. Serás el Templo, la Columna que se convertirá en la Piedra Angular, el morador que ofrece las ofrendas, la ofrenda misma y también Aquél que ahí es adorado por la Eternidad. Primero estarás presente, pero luego, simplemente, SERÁS.
*la palabra personalidad viene del latín persona, que significa máscara.

Que la Gracia del Inefable descienda siempre sobre tu Alma.

Leks Emrys (DarkAlchemist)




jueves, agosto 31, 2006

Los Textos sellados II. Los niveles de significado.


Artephius, un enigmático Alquimista que a lo largo de su vida se ocultó detrás de varios sinónimos, dice: "¿Por qué se olvida que nuestro arte es un arte cabalístico, que sólo se ha transmitido por vía oral y que está repleto de misterios? ¡Pobre estúpido! ¿Eres tan ingenuo para creer que enseñaríamos clara y abiertamente el mayor y más importante misterio? Te aseguro que aquél que intenta entender en el sentido literal normal lo que la filosofía hermética ha escrito se topará con los meandros de un labertinto del que nunca saldrá, pues le falta el hilo de Ariadna que podría guiarle a la salida." Livre de Artephius. Bibl. des Philosophes Chimiques.
Otro autor, anónimo, dice en el Rosarium Philosophorum: "Cuando hablábamos abiertamente, no decíamos--en realidad--nada. Pero cuando escribíamos en lenguaje cifrado y en imágenes, ocultábamos la verdad."
Al igual que las escrituras sagradas de todas las tradiciones, los llamados "cuentos de hadas" y las distintas mitologías de los diferentes pueblos del orbe, los textos alquímicos son portadores de un cuádruple significado, como señala Papus, que muchos han acortado a un triple significado, ya que para llegar al cuarto se requiere el Hilo de Oro de Ariadna que aquí es la Intuición y la Inspiración (información vertida a la conciencia desde los niveles inconscientes y superconscientes, respectivamente). Estos niveles de significado son:
--Cabalísticamente, el primer significado es el llamado "literal" e histórico (pashut), que corresponde al cuerpo y al vestíbulo del Templo de Salomón, el cual reproduce también esta división en tres partes, ya que consta de vestíbulo (ulam), nave del templo (hekal) y santuario (debir). Este es el significado de nivel más bajo, accesible a todos.
--El segundo es el que considera al texto como alegoría (remmez), y que también puede ser extraído a partir de explicaciones morales ilustrativas (drush); corresponde al alma o nave del templo.
--El tercer significado se obtiene directamente de una revelación que es, en sí misma, resultado de una experiencia mística (sod), y corresponde al espíritu o al santuario. Se basa en un simbolismo más elevado que los anteriores, y éste sólo se informa bajo el juramento de secreto (derash).
--Y el cuarto es el misterio sobre la analogía (yod-sod), aquél significado que es indescriptible e inexpresable.
Entonces, tenemos los cuatro que son: el literal, el alegórico o narrativo, el filosófico (metafórico) y el kabalístico (simbólico).

La descripción y el desglose anterior están basados en el hecho de que la Filosofía Hermética nos dice que el hombre está formado en sí mismo por una trinidad microcósmica: cuerpo, alma y espíritu, reflejo de la Trinidad del Macrocosmos. Y si queremos incluir la constitución cuaternaria, tendríamos: cuerpo, mente, alma y espíritu. Más adelante, trataremos sobre "los cuatro" y "los tres" (elementos y principios, respectivamente).
Además de esto, en la actualidad existen varios escritores que manejan la arcáica simbología de la Alquimia; algunos, de forma consciente, otros como resultado de un influjo inconsciente, pero los símbolos están presentes en sus obras. Y esto no es nuevo, si no que ha existido en todas las épocas. Ya en la Edad Media, Dante Alighieri (1265-1321) deseó que su Comedia, después llamada Divina Comedia, fuese interpretada en dos niveles: literal y simbólicamente. De acuerdo a la hermenéutica, la interpretación simbólica, a su vez, puede dividirse nuevamente y ser alegórica, moralista o anagógica. La interpretación literal muestra lo que sucede; la alegórica nos enseña lo que debemos creer; la moralista los patrones de comportamiento que debemos seguir, y la anagógica lo que podemos esperar. Desde la Edad Media, los Alquimistas vienen trabajando de la misma manera, y en sus escritos deben considerarse, al menos, tres niveles, correspondientes a los tres componentes o principios: Azufre, Mercurio y Sal.
Estos tres niveles de interpretación serían:
1.-El nivel psicoanalítico, que se refiere al inconsciente y sus procesos. Aquí hay que considerar que los extremos se tocan, ya que en el inconsciente se reúnen el lenguaje de símbolos propio de la intuición y la inspiración propia del superconsciente; esto es: el mensaje que viene por inspiración (del nivel superconsciente) se transmite a la conciencia por medio del lenguaje de símbolos, un lenguaje propio del inconsciente. Así, es en el inconsciente donde se unen los niveles más altos de la conciencia con los niveles más bajos. Al respecto, Michael Maier escribe: "El Sol (la superconsciencia y su parte oculta en la conciencia) y su sombra (el inconsciente) llevan a cabo la Obra". Este nivel se relaciona con Hermes (Mercurius en latín), el intermediario entre la tierra y el infierno, guía de las almas y Señor de los Tres Mundos. Este aspecto corresponde a la Sal de los Filósofos.
2.-El nivel Hermético-religioso se relaciona con la visión mística de la unidad, con la Visión de Dios. La parte espiritual de la Alquimia, también llamada trascendental, cubre este aspecto, correspondiente al Mercurio de los Filósofos.
3.-El llamado nivel "científico-químico", tomado como receta de laboratorio, corresponde al Azufre de los Filósofos. En los cuentos, este nivel suele tener un sentido astrológico y alquímico.
Más adelante, hablaremos del Tria Principia de Paracelso (Azufre, Mercurio y Sal) de forma detallada. Por ahora, sólo señalaré que es difícil entender la diferencia que existe entre el Azufre y el Mercurio. La mayoría de la gente confunde el uno con el otro y le atribuyen a uno las propiedades del otro. Al respecto, Klossowski de Rola dice en su libro Alquimia: "Al hombre, por no saber distinguir el ego del Yo, se le enturbia el espíritu y se le disipa la energía, por lo que camina a trompicones por la vida, luchando con los efectos sin que su espíritu perciba las causas." También, en el evangelio gnóstico de Tomás, leemos: "Porque quien a sí mismo no se ha conocido, no ha conocido nada. Sin embargo, el que se ha conocido a sí mismo, también ha obtenido el conocimiento de la profundidad del universo." Y el dicho hermético del Oráculo de Delphos apoya esto: "Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses". El Filósofo Alipili dice en La Sal de la Naturaleza regenerada:"Aquél que tiene el conocimiento del Microcosmos, no puede ignorar al Macrocosmos. Por eso los egipcios, diligentes investigadores de la Naturaleza, a menudo decían y proclamaban a voces: ‘Hombre, conócete a ti mismo’. Mas los griegos, sus discípulos limitados, interpretaron esto en un sentido moral y, en su ignorancia, lo inscribieron en sus templos. Pero yo te advierto, quienquiera que seas, a ti que deseas sumergirte en lo más interno de la Naturaleza, que si lo que buscas no lo encuentras en tu interior, nunca lo encontrarás en el exterior. Si no conoces la excelencia de tu propia casa, ¿por qué buscas la excelencia de otras cosas? La Esfera universal del mundo no contiene tan grandes misterios y excelencias como el hombre pequeño, formado por Dios a su propia imagen. Y el que desee primacía entre los estudiantes de la Naturaleza, en ningún lugar encontrará un campo de estudio mejor ni más vasto que él mismo. Por tanto, seguiré el ejemplo de los egipcios (Sabios) y, en armonía con la verdad que la experiencia me ha demostrado, hablaré desde todo mi corazón, en las palabras de los mismos egipcios, de forma estentórea y de las profundidades más secretas de mi alma: ‘¡Oh hombre, conócete a ti mismo, ya que el Tesoro de los tesoros se halla sepultado en ti!’".
De todo lo anterior se infiere que si existe el conocimiento de uno mismo, de la propia individualidad, implícitamente existe el conocimiento de Dios. Si comenzamos a conocer nuestro ser, conoceremos al Ser Absoluto, del cual forma parte. El Alma es como una gota de agua; y por medio de ella podemos conocer el océano del cual forma parte. Aquí, el azufre es la personalidad, el ego con todos sus complejos, la conciencia normal; el mercurio es la esencia vital en su forma más sublimada, lo que podríamos llamar Espíiritu, Mente Viviente, Consciencia superior, Yo Superior, entre otros sinónimos. Más adelante, hablaré del Azufre y el Mercurio con mayor detalle.

Lux plena.
Leks Emrys (DarkAlchemist)



Los Textos "Sellados"



Para el no iniciado en el Arte, los textos de la Filosofía Hermética pueden parecer sólo un meandro de figuras retóricas entremezcladas; nada más que un laberinto lingüístico con la pretensión de ocultar algo que, en sí mismo, se ignora. Pero el estudiante sincero verá resplandescer la Luz de la Verdad detrás de todas las estratagemas de esta retórica. Los textos alquímicos son mágicos de por sí; y si alguien sabe cómo accesar al poder contenido en ellos, está en el camino mismo de los elegidos. En estos textos, cada palabra, cada frase está ordenada de acuerdo a leyes precisas; y es por esta virtud que la conciencia--si resiste el stress que la lectura le provoca en un principio y durante el cual se ve tentada a dejarla a un lado como un galimatías--pasa del estado ordinario a un estado más sutil, en cual la información de la intuición se manifiesta y los símbolos del inconsciente son evocados a la conciencia para su iluminación. Así es como los dragones, los reyes y reinas, las rosas, los jardines, los castillos y sus torres, los modelos del mundo, las figuras de la mitología greco-egipcia y latina, las aves, reptiles y demás animales, entre otras figuras arquetípicas, nos muestran el pasaje a nuestro interior más profundo. Porque las palabras, como contenedoras de símbolos, son como un conjuro silencioso que hace que lo inmanifiesto se manifieste y que lo invisible se haga visible; que la realidad interna se manifieste en la realidad inmediata que nos rodea. Por eso es que las traducciones deben de ser tomadas con cuidado, puesto que muchos textos han sido modificados; algunos, para aumentar la fuerza de las mismas palabras ahí plasmadas, pero otros sólo para que su virtud aparezca como una débil luz que apenas se distingue entre la obscuridad del texto en sí. Pero, sin importar el ropaje que adopten a lo largo de la historia, son palabras vivas en sí mismas, con la virtud y el poder de despertarnos a la Vida que estamos llamados a manifestar, y evocarla en nosotros para ayudarnos a hacer visible lo invisible, según nos lo han dicho los grandes maestros de la humanidad, hayan sido Alquimistas o no al presentarse en la escena pública; porque la Gran Obra, después de todo, es la Gran Obra de la Vida.

Entonces, el secreto es éste: Cada uno de los que ha leído los libros, meditado en ellos, en su contenido y en sus emblemas; cada aspirante alquimista que ha presentado esos símbolos ante su conciencia...; todos los que alguna vez han examinado con cuidado la esencia de los textos, les han dado algo de su propia fuerza de vida, y les han dotado de su propio poder. Pero para accesar al poder mágico de estas palabras, alguien debe tener afinidad vibratoria con los textos; esto es, cada persona, según su grado espiritual, estará en contacto y descifrará un nivel de significado; y a la vez, estará "magnetizando" ese símbolo con su propio descubrimiento sobre el mismo (si este descubrimiento tiene afinidad vibracional con alguno de los niveles que el símbolo contiene y representa, por supuesto).

Por esto, Eugéne Canseliet, en su obra "L' Alchimie explique sur ses textes clasiques", dice: "No se obtiene nada sin dar nada a cambio; por ello, no hay que olvidar que el mismo volumen, en el elemento alquímico que contiene, constituye un sustrato de magia real. En el curso de los años o de los siglos, los suscesivos propietarios de un libro de estudio [y esto obedece al moméntum (impulso) y a la Ley de Continuidad] forjan a través de él una cadena de la que se convierte en eslabón tangible y perdurable."

Hay varias razones por las cuales los Alquimistas nunca hablaron literalmente en sus textos; razones por los cuales encubrieron la Verdad por medio del Lenguaje Secreto. Entre ellas, las más importantes son:

-Desalentar a los que buscan el conocimiento para fines ilícitos y egoístas; porque si el conocimiento llegara a caer en manos equivocadas, la responsabilidad de lo que se hiciera con él recaería en manos del Filósofo que lo transmitió en un principio. De esto se sigue: proteger a la humanidad de un conocimiento para el uso del cual, la generalidad, no está preparada, ya que son pocos los que podrían usarlo adecuadamente y, con mayor razón, sabiamente. Muchas de las técnicas herméticas de alto nivel, manejan energías de vibraciones muy altas; vibraciones que causarían efectos contraproducentes si llegaran a usarse sin preparación previa y conocimiento suficiente. "Porque así como lo que causó tu caída en el pasado, puede ayudarte a que vuelvas a elevarte, también ocurre que lo que causó tu elevación, puede provocar tu ruina perpetua" (todo obedeciendo a la Ley Trascendental de Entropía. La única manera de evitar la decadencia, sería aprender la Neutralización de los efectos de esta misma Ley).

-No se duda que los Alquimistas también hayan escrito de manera velada para proteger la Obra y a ellos mismos, los propios operadores. Como los textos están llenos de símbolos y emblemas era muy raro que pasaran desapercibidos, y que nuestros filósofos no fueran acusados de magia--¡hasta brujería!--y herejía. Por esto, hay que tener presente que la posibilidad de fabricar oro era una estrategia que se servía de la codicia que siempre ha estado presente en muchos, y en todas las clases sociales. Así, la "fabricación de oro" podía suponer cierta protección, pues los poderosos de la Iglesia y del Estado siempre estuvieron interesados en descubrir el secreto para lograr que sus riquezas y posesiones aumentaran indiscriminadamente. Por ello, viendo su propio interés, protegían al Adepto si albergaban la esperanza de que pudiera ser exitoso en conseguirles el oro que tanto codiciaban. Pero, sobre todo, ¿por qué se buscaba esta protección? He aquí la respuesta: La Filosofía Hermética fue considerada como "peligrosa" por la Iglesia. Y entonces, la sospecha de abrazar el hermetismo y cometer herejía era mucho más peligrosa que la simple fabricación de oro. El hermetismo señalaba al Adepto como portador de poderes desconocidos que su Sabiduría le confería; y los clérigos sabían, aunque fuera por fábulas, de estos "poderes demoníacos". "Saber es poder", como reza el dicho popular. Y entonces, era sospechoso que alguien se la pasara casi todo el tiempo encerrado en un laboratorio subterráneo sin que los de afuera supieran lo que hacía en secreto. El miedo siempre ha sido la respuesta que la conciencia experimenta ante las situaciones desconocidas; y por lo mismo, en su ignorancia, una conciencia semejante cree que no podrá enfrentar esas situaciones cara a cara, si no se le va la vida en la empresa. Era más sencillo, y a nadie sorprendía el hecho de que "un artesano" se diera día y noche a la ardua tarea de fabricar oro; pero lo que sí escandalizaba a las masas era el ver a alguien trabajando día y noche, bajo el velo del secreto, en operaciones "realizadas más allá de los ojos del vulgo que no ha sido iniciado". Un artesano, ignorante como el común de la población en la Edad Media, no presentaba amenaza alguna, mucho menos extrañeza o sospecha. Pero un extraño (y más con las características que los adeptos tienen, cosa que no está en ellos evitar), atendiendo operaciones día y noche sin descanso (y llevando a cabo extraños rituales a la luz de luna y bajo los auspicios de las estrellas), podía ser considerado como un brujo que hacía pactos con los demonios...¿Y qué Sabiduría y "poderes" adquiría a cambio de esos pactos? Era algo que ni el más osado clérigo podía imaginar sin estremecerse. Pero, con esta pretensión de ser "fabricantes de oro", nuestros filósofos escapaban de tales peligros: Porque la fabricación de la Piedra para la obtención de oro, tomaba un tiempo considerablemente largo; y un fracaso no podría llevar directamente a una persecución.

-Una razón más que puede apoyar el uso del lenguaje obscuro, sería el hecho de que las operaciones en los niveles más elevados de la Obra tenían resultados que debían atenderse con todo cuidado. Si había una distracción, por ligera que fuese (esto sobre todo en la llamada Vía Seca), ésta podía traer consigo efectos peligrosos e incluso letales para el operador. Ya sea que entendamos que el Alquimista trabajaba con objetos externos a él o con aquellos "complejos" que debía redimir en su mundo interno; ya sea que creamos que el Filósofo trabajaba con los poderes de su Alma o con los materiales químicos de laboratorio, cualquier distracción durante la realización de una de las operaciones mayores, podía ser desastroza. En ambos casos, hablamos de la misma Fuerza universal, llamada por algunos Virtud, siendo manipulada. Si es que el Alquimista venía manipulándola en objetos físicos externos, las explosiones serían un hecho que acabaría con la vida del operador y con las de aquellos que vivieran a la redonda (debido a la alta volatilidad de los materiales empleados); y si el Alquimista se dedicaba a desarrollar el oculto potencial de su Alma, podría causarse desde un desequilibrio o enfermedad física, hasta la llamada "invasión del inconsciente". En otras palabras, se perdería a sí mismo, perdería el control de sí mismo y se hundiría en las tinieblas de una vida vegetativa, literalmente hablando. Y si esto no es bastante, no se diga lo que pasaría si se unieran ambos efectos colaterales. Pero no todo es tan desalentador como parece.

-Otros escribieron también de manera obscura con la intención de facilitar al aspirante el descenso a su más profundo interior; porque para operar y realizar (hacer reales) los frutos de la Obra, alguien debe manifestar en forma potencial los poderes que tiene latentes. Por ello, en su libro: "Alquimia", Stanislas Klossowski de Rola, escribió: ""Sin embargo la obscuridad de los textos alquímicos se debe también a otras razones (aparte de evitar la persecución de los alquimistas en las eras obscuras, porque tenían creencias que distaban mucho de las convencionales; y de evitar que los secretos cayeran en manos equivocadas, como ya hemos dicho): constituyen un desafío para aquellos que, por su naturaleza heróica, intentan conocer su interior. Al igual que Teseo, el interesado se enfrenta al Laberinto. Este Laberinto desafía a la lógica lineal, que en este contexto carece de utilidad. El ataque a la lógica lo lleva a cabo el Minotauro del absurdo, que muy pronto reducirá a la nada al supuesto héroe, que se ve incapaz de resistir su ataque. Solamente por medio de la intuición y la inspiración--el hilo de oro de Ariadna--se resolverá el enigma y la luz sucederá a la obscuridad. Tales métodos, con los cuales se superan y se trascienden las limitaciones de la mente, son utilizados por los maestros de muchas disciplinas espirituales y esotéricas. Los maestros del Zen, por ejemplo, utilizan los koans, una especie de adivinanzas que, al mismo tiempo que desequilibran el intelecto, pueden provocar el satori o iluminación."

De esta forma, usando el lenguaje de símbolos del inconsciente, se ponen en acción fuerzas que sólo necesitaban despertar de su letargo y ser reanimadas. El símbolo, que por sí solo no es lo que representa, llega a unirse con la fuerza espiritual que representa a través del estudio y de la meditación. Así, la conciencia lo ha convertido en un medio y una llave para accesar a la realidad que se oculta en el interior--y más allá--del mismo. Quien puede hacer esto, puede usar el Lenguaje Simbólico para tener acceso a la información que otros Adeptos, antes que él, depositaron en determinado carácter (símbolo): Sólo necesitará contemplarlo mientras medita en él y, como respuesta a una evocación, vendrán a su mente las revelaciones e ideas que los Alquimistas, a lo largo del tiempo, han asociado a esa figura mediante una meditación semejante. Es una forma de tener acceso directo a determinado archivo del inconsciente colectivo.

Por eso los Alquimistas también desarrollaron una manera de dar a conocer sus secretos por medio de la pintura. Más adelante, Klossowski de Rola, sigue diciendo: "Si bien es cierto que el estudio de la alquimia a través de los textos resulta verdaderamente desalentador, no lo es menos que el desesperanzado estudioso puede descubrir en las pinturas alquímicas un camino, repleto de maravillas, para penetrar en el corazón de la materia. Y es que los alquimistas, a través de sus imágenes, han expresado de una forma ingeniosa y casi siempre muy bella, cosas de las que nunca llegaron a escribir.

"Este lenguaje pictórico, en el que absolutamente todos los detalles poseen un significado específico, ejerce una profunda fascinación sobre el observador sensible. Esta fascinación se produce siempre, independientemente de que las pinturas se comprendan. Si el lector contempla antentamente estas imágenes, es decir, si va más allá de su superficie, apreciará que muchas veces corresponden corresponden a una dimensión intemporal que se encuentra en nuestro interior más profundo.Estas pinturas tan fascinantes muestran un simbolismo polivalente y se prestan a diferentes interpretaciones."


Que la Luz de la Sabiduría les guíe siempre en sus caminos.
Leks Emrys (DarkAlchemist)